Qué bonito eso de ser “constructor de veranos”. Me ha resonado mucho.
Hay algo profundamente bello —y también profundamente humano— en la idea de fabricar recuerdos, de pasar el testigo de la infancia a nuestros hijos con la misma mezcla de polvo, sol, sudor y carcajadas con la que lo recibimos nosotros.
Te leo y me acuerdo de los veranos de mi hijo, cuando aún era pequeño, y de cómo fui aprendiendo que no se trataba de planear grandes aventuras, sino de crear pequeños rituales que dejaran huella: un bocadillo envuelto en papel de aluminio en una estación cualquiera, un paseo al anochecer sin móvil, una guerra de globos de agua un día cualquiera de agosto.
Desde la autenticidad, lo que estás haciendo tiene un valor incalculable: mostrarles que vivir también es saber buscar lo salvaje, lo simple, lo compartido.
Desde la compasión, me emociona cómo te haces preguntas en mitad del impulso: ¿esto lo hago por mí o también por ellos? Ese freno, ese matiz, es el que diferencia a quien construye desde el ego y quien construye desde el amor.
Desde la belleza, no puedo más que celebrar tu forma de narrar: con humor, con verdad, con esa ternura que no necesita cursilerías. Se nota que cada anécdota que compartes ha sido vivida de verdad. Y eso, en estos tiempos, es un regalo.
Desde la profundidad, me quedo con ese viaje simbólico que haces: del niño que se moja en una tormenta al padre que monta una tienda de campaña. Los veranos que nos marcaron son también los que, sin darnos cuenta, acabamos regalando.
Y desde la alegría, la más difícil de todas, te deseo precisamente eso: alegría en las mañanas lentas, en los descubrimientos de tus hijos, en los ratos de cansancio compartido. Esa alegría serena que no necesita filtros ni likes, porque se queda pegada al cuerpo y a la memoria.
Así que gracias, Jano, por recordarnos que a veces basta una tienda de campaña, un cielo abierto y la voluntad de estar presentes.
Que tengas un verano con polvo en los tobillos y luz en el alma.
¡Qué preciosidad de comentario Pedro! Mil millones de gracias. Cualquier cosa que te conteste se queda en nada así que me quedo con desearte una buena vida y feliz verano.
Que bonito , la verdad. Ojalá haber tenido veranos así.
Cuando nos convertimos en madres y padres, cambian muchas cosas, nuestro "yo" ,al menos en los primeros años, va trasladándose y quieres que tus hijos sean felices. Mi hijo tiene 12 y ha sido,es, feliz. No tenemos muchas cosas pero si experiencias. Que, con sinceridad,es con lo que se quedan
Jo... qué bonito eso de ser "alquimista de las vacaciones de tus hijos", me ha hecho hasta sentir un poquito mal estar aquí con mi ordenador jajaja aunque no, porque en realidad mi pequeño se pasa un verano increíble entre el pueblo en La Rioja y las increíbles playas de la Costa Brava, aunque mamá saque el ordenador a veces 😆
Qué maravilla eso de ir de camping en camping, no puede haber vacaciones mejores y bestiales, que dejando salir a ese gorila de espalda plateada, a disfrutar!!! 🦍💓
Qué bonito eso de ser “constructor de veranos”. Me ha resonado mucho.
Hay algo profundamente bello —y también profundamente humano— en la idea de fabricar recuerdos, de pasar el testigo de la infancia a nuestros hijos con la misma mezcla de polvo, sol, sudor y carcajadas con la que lo recibimos nosotros.
Te leo y me acuerdo de los veranos de mi hijo, cuando aún era pequeño, y de cómo fui aprendiendo que no se trataba de planear grandes aventuras, sino de crear pequeños rituales que dejaran huella: un bocadillo envuelto en papel de aluminio en una estación cualquiera, un paseo al anochecer sin móvil, una guerra de globos de agua un día cualquiera de agosto.
Desde la autenticidad, lo que estás haciendo tiene un valor incalculable: mostrarles que vivir también es saber buscar lo salvaje, lo simple, lo compartido.
Desde la compasión, me emociona cómo te haces preguntas en mitad del impulso: ¿esto lo hago por mí o también por ellos? Ese freno, ese matiz, es el que diferencia a quien construye desde el ego y quien construye desde el amor.
Desde la belleza, no puedo más que celebrar tu forma de narrar: con humor, con verdad, con esa ternura que no necesita cursilerías. Se nota que cada anécdota que compartes ha sido vivida de verdad. Y eso, en estos tiempos, es un regalo.
Desde la profundidad, me quedo con ese viaje simbólico que haces: del niño que se moja en una tormenta al padre que monta una tienda de campaña. Los veranos que nos marcaron son también los que, sin darnos cuenta, acabamos regalando.
Y desde la alegría, la más difícil de todas, te deseo precisamente eso: alegría en las mañanas lentas, en los descubrimientos de tus hijos, en los ratos de cansancio compartido. Esa alegría serena que no necesita filtros ni likes, porque se queda pegada al cuerpo y a la memoria.
Así que gracias, Jano, por recordarnos que a veces basta una tienda de campaña, un cielo abierto y la voluntad de estar presentes.
Que tengas un verano con polvo en los tobillos y luz en el alma.
¡Qué preciosidad de comentario Pedro! Mil millones de gracias. Cualquier cosa que te conteste se queda en nada así que me quedo con desearte una buena vida y feliz verano.
Muchas gracias Jano
Los de San Valero tambien íbamos al virgen blanca! Nos dábamos baños de agua helada en el río cuando todavía eso no era tendencia
BUA! Qué recuerdos esas tiendas de campaña azules y esas letrinas que teníamos que limpiar. ¿Les harán a ellos hoy también limpiarlas?
Ay si esas tiendas azules hablaran!!
Había manchas que hablaban
Que bonito , la verdad. Ojalá haber tenido veranos así.
Cuando nos convertimos en madres y padres, cambian muchas cosas, nuestro "yo" ,al menos en los primeros años, va trasladándose y quieres que tus hijos sean felices. Mi hijo tiene 12 y ha sido,es, feliz. No tenemos muchas cosas pero si experiencias. Que, con sinceridad,es con lo que se quedan
Jo... qué bonito eso de ser "alquimista de las vacaciones de tus hijos", me ha hecho hasta sentir un poquito mal estar aquí con mi ordenador jajaja aunque no, porque en realidad mi pequeño se pasa un verano increíble entre el pueblo en La Rioja y las increíbles playas de la Costa Brava, aunque mamá saque el ordenador a veces 😆
Qué maravilla eso de ir de camping en camping, no puede haber vacaciones mejores y bestiales, que dejando salir a ese gorila de espalda plateada, a disfrutar!!! 🦍💓