II. Mentalidad y principios: Definiendo buena vida y éxito
Hay una meta vital por encima de los objetivos profesionales y es saber definir nuestro éxito y el concepto que tenemos de buena vida.
Cuando empecé a redactar esta formación, quería que el primer objetivo de cualquier persona que lo hiciese fuese tener una buena vida, la mejor posible. Ya había muchos libros sobre cómo hacerte viral gracias a tu marca personal, cómo hacerte millonario o famoso, pero no había llegado a mis manos uno en el que los principios, la filosofía y la buena vida fuesen el tema troncal.
¿Para qué queremos trabajar una marca personal si acabamos igual de esclavos que si no lo hiciésemos? Parece un galimatías, pero conocerás, igual que yo, cientos de profesionales con buena reputación atrapados en la carrera de la rata. Y, en cambio, otras personas que, sin grandes ambiciones y, por supuesto, sin saber de marketing personal, han llevado vidas satisfactorias y disfrutan del tiempo con los suyos y de paz mental, pues han encontrado su eudaimonía.
Eudaimonía es un término griego antiguo que se traduce comúnmente como “felicidad” o “bienestar”, aunque su significado es más profundo y abarca un sentido de florecimiento o realización personal. En el contexto de la filosofía, especialmente en el pensamiento de Aristóteles, la eudaimonía se refiere a una vida bien vivida, caracterizada por la virtud y la realización del potencial humano.
Este capítulo pretende ser una posada, un alto en el camino, antes de emprender la construcción de tu pirámide. Tomarte unos minutos para reflexionar sobre qué es aquello que te mueve por dentro, dibujar en tu mente cuáles son tus espacios de resonancia o dónde está tu mente cuando está en paz. O, por el contrario, donde no quieres estar.
Si la marca personal y la buena vida tienen una relación en sí misma, para mí, es gracias a la libertad y la independencia que te dan invertir en más y mejores opciones profesionales.
Obviando la utopía de que el dinero no existe y que podemos vivir en un paraíso terrenal sin pertenencias en un estado constante de júbilo, hay que trabajar. Utiliza el eufemismo que consideres, pero salvo que estés leyendo esto dentro de trescientos años y que el mundo tenga unas reglas diametralmente opuestas, hay que trabajar, de una forma u otra, para ganar dinero de la forma más inteligente posible.
Puedes trabajar ocho horas en un trabajo que pague tus facturas y dedicar las dieciséis horas restantes a una vida plena y satisfactoria. Y también puede que, esas ocho horas, te roben toda la energía que necesitas para vivir de acuerdo a tus valores y tus gustos.
Sea como sea, elijas el camino profesional que elijas, tengo claro que añadirle habilidades como el manejo de la marca personal a tu perfil, te asegura, como poco, tener más y mejores opciones. Y eso, querido lector, allana en cierto modo el camino.
Después de muchas preguntas a personas diferentes de diferentes países, culturas y ambiciones, creo que una buena vida, profesionalmente hablando, se relaciona con: